Bartolomé Junquero: 'Diálogos en soledad'

Bartolomé Junquero: 'Diálogos en soledad'

Planea 2018

SOBRE LA OBRA

Nada es tan necesario para la creación artística como la intimidad del artista con su modelo. Hace tiempo que yo mismo he experimentado esto y, como en mis últimas etapas mi modelo ha sido la naturaleza, me he empeñado en crear ese momento mágico en el que me siento solo frente a ella.

Es solamente entonces cuando me habla, sin interferencias y sin ruidos. Es una experiencia única poder creer que ese espectáculo visual está ocurriendo solo para ti. Es necesario vivirlo y, solo entonces, tengo la necesidad de plasmar ese diálogo y esa comunicación. De eso nace mi obra.

He tenido que esperar mucho tiempo, muchos desaciertos y muchos descarríos para poder comprender que mi necesidad de crear se parece mucho más a una condena que a un premio, pues no puedo deshacerme de ella. Tengo que decir que es un yugo dulce y que la vida me ha hecho reo de algo que, sin estar exento de sacrificios y fracasos, alimenta cada día que pasa. Una vez que aceptes que esto es para toda la vida, lo único que te queda por hacer es intentar que el tiempo pase lo mejor posible y te propones disfrutar de este encierro, buscándole un sentido. Yo este sentido lo he encontrado principalmente en el hecho de poder mostrar a los demás las razones de mi disfrute, los lugares con los que dialogo.

Mi obra reciente se ha movido en varias direcciones: el paisaje urbano, el detalle  arquitectónico y, principalmente, el retrato de la naturaleza.

Exposiciones como “El tiempo detenido” o “Pequeñas alegrías”, dan muestra de ello y son un ejemplo del tipo de paisaje que me llama a retratarlo. No me interesan los paisajes demasiado salvajes, no los reconozco como míos. Lo asilvestrado o lo frondoso no forma parte de nuestro entorno. Por eso la exuberancia vegetal me resulta demasiado exótica. Tampoco me interesa la naturaleza domesticada en la que la mano del jardinero o del paisajista resulta evidente. Eso lo convierte para mí en algo artificial.

La naturaleza que me interesa es la que se ha moldeado a sí misma, la que con una disciplina natural conoce sus límites y los respeta, la que refleja el sol y la luz, la que se muestra orgullosa en su tímida desnudez...; por eso, mi verdadero interés se centra actualmente en lugares abiertos y sencillos para poder retratarlos en su mejor pose y contribuir en lo posible a difundir su belleza.

Sería muy fácil para mí pasear por la playa pincel en mano y encontrar mil y una razones, mil y un rincones para plasmar sus encantos. Luego, el resultado de la obra será testigo una vez más de esos diálogos en soledad con la naturaleza de los que hablaba, y un paisaje más se sumaría a mi catálogo personal. Pero en este caso, me da la sensación del que el trabajo no estaría acabado.

Este lugar, indudablemente de culto para algunos y desconocido para muchos otros, merece que, a riesgo de que llegue a quienes quizá no lo merezcan, se ponga en valor su belleza y se acerque a quienes quieran disfrutarlo.

No pretendo hacer una campaña de publicidad sino un homenaje. Un verdadero ejercicio de voluntad en el que, como propietario orgulloso, poder exhibir algo que siento que me pertenece y que no puedo tener por más tiempo sin enseñar.

Además, ni que decir tiene que el mar como modelo me resulta de una solvencia increíble y de una fotogenia magistral, lo que contribuirá positivamente a facilitar que el resultado de la muestra que conforme mi obra aparezca interesante tanto en los aspectos anteriormente descritos como en el ámbito meramente pictórico. Con esto podemos satisfacer al amante de la naturaleza, al aficionado a la pintura paisajística o al curioso de aquello que nos rodea. Nada me satisfaría más que poder intentarlo y a modo de propuesta expositiva itinerante, acercar lo cercano.

 SOBRE EL AUTOR

La obra de Bartolomé Junquero se destaca por su atención a lo que el tiempo va dejando con huellas de soledad y silencio; pero de una quietud que él quisiera redimir en lo que pinta con capas coloristas de un sol radiante. El sol que nos inunda por esta parte privilegiada del mundo, para terminar y volver a empezar cada día en unos crepúsculos y amaneceres sin alteraciones bruscas, es decir, en su eterna canción poética de ida y vuelta.

A veces nos muestra en sus cuadros un cierto envolvente nebuloso y nostálgico, como si fuera el llanto místico de una despedida, y es quizá por ello que no quiera hacer testimonio de figura humana, cuando sabemos que el hombre es el único culpable de nuestro desastre ecológico. Él solo dice, con su querido mar envuelto en atmósferas pictóricas de tintas semiapagadas que nos parece le sirviera para desahogar aquel lamento interno.

Él nos habla de su amor por la naturaleza ordenada y escueta, sin exuberancias carcasas o estridentes: la disciplina de lo natural como en uno de sus folletos nos explica. Y no es que entendamos esa actitud como un reproche manido y teatral de rebeldía, sino que le atrae y le interesa todo lo que de arriba la luz envuelve y dignifica el mundo como el de ahora, el que nos ha tocado vivir y no nos gusta. Donde respiramos la torpeza del feísmo y los escombros de nuestra propia corrupción.

Julio Ceballos,
Académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, Sevilla

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Es necesario dejarse llevar por el recuerdo, por la memoria, para disfrutar plenamente de la obra reciente de Junquero en la cual hace un ejercicio de profundo respeto hacia lugares sencillos que siempre han suscitado interés en el artista.Despojándose de lo accesorio, abandonando lo anecdótico, Junquero traza un recorrido favorecedor que no hace pensar que el aire, las horas, el tiempo...se hubiesen detenido.

Nada de lo que ocurre en la obra de Junquero es casual y comprobamos, tras años de ausencia, que es posible doblegar el pincel para conseguir que la verdadera esencia de la naturaleza se muestre hasta hacer que lo lugares elegidos por el autor para mostrarnos se conviertan en escenas que, de mano del más revelador déja-vu, pasen a formar parte de la vida de cada uno.

¿Quién no se ha dejado llevar nunca por la nostalgia?

Rafael Sánchez

Puedes verlo en:

CHIPIONA
Sala de Exposiciones del Castillo
Del 19 de octubre al 16 de noviembre de 2018
Horario: Lunes a viernes, de 10:00 a 14:00 horas